Estatuto da Criança e do Adolescente del Brasil

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Yo y mi familia tenemos “derechos civiles” y “ sociales”
Unión, en el nivel más lejano de mí. En el nivel intermediario, entre la Unión
Fondo de recursos. Ese consejo es deliberativo
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Yo y mi familia tenemos “derechos civiles”

y “ sociales”




Espero, amigo lector, que esté claro que yo y mi familia tenemos derechos a respetar. Vamos, ahora, verificar quien todavía viene me manteniendo a mi y a mi familiar invisibles en nuestros derechos civiles, políticos, sociales y éticos.

Vivo con mi familia en la comunidad que frecuento (mis parientes, mis vecinos, mis amigos, personas que están por ahí por donde paso). Esa comunidad, de hecho, es un conjunto de comunidades (vecindario, iglesia, esparcimiento, cultura, deporte y otras). La organización de la sociedad en que nací y en que me estoy creando, la cual, un día (si me preparan correctamente para ese mando) voy a mandar17, es una entidad abstracta llamada Estado.

Ese Estado, en el Brasil (cada país tiene su propia forma de organizarse como Estado), es hoy un conjunto de entes federativos que se llaman: Municipio, en el nivel más próximo en que vivo. Y Unión, en el nivel más lejano de mí. En el nivel intermediario, entre la Unión y los municipios brasileros, están los Estados Miembros de la Federación.

Yo procuré demostrar, en capítulo anterior, que la Constitución Republicana brasilera establece18, que le toca a la política pública llamada Asistencia Social, dar protección a quien, socialmente, necesita de protección. Pues bien, en esa Constitución, pusimos el principio de la descentralización político-administrativa de esa política19 .

Le toca a la Unión (en ente federativo más lejano de mí, niño, o niña) coordinar el proceso de descentralización, para el cumplimiento de las normas generales constantes de la Ley Orgánica de la Asistencia Social20

En lo que tiene que ver con mi condición de niño, o niña, hay que ser cumplida la descentralización prevista en las reglas del Estatuto del Niño y del Adolescente. ¿Por que eso lector? Exactamente porque aquella burocracia “brasiliense” (de Brasilia, Capital Federal), lejana, longincua, no tiene como saber lo que es mejor para mi y mi familia, en la diversidad de los 5.560 municipios del enorme país que es el Brasil. La Unión actúa, obedeciendo a los principios constitucionales y las reglas de mi Estatuto.

Lo mismo ocurre con los Estados Miembros. Política de protección social para mi, niño o niña, y para mi familia, tiene, constitucional, y legalmente, que ser decidida en mi municipio. Ese es el principio de la municipalización de atención21, para que las providencias sean tomadas bien cerca de mi, niño, o niña. Y según las peculiaridades de las comunidades donde vivo. Le toca a la Unión y a los Estados me proveer de recursos, cuando estos son necesarios, sin crear exigencias indebidas22.

Mi municipio tiene que crear un sistema de protección integral a mí y a mi familia, a través de ley municipal, compuesto de tres instancias:
  • La instancia que delibera sobre los programas de protección, que es el Consejo Municipal de los Derechos del Niño y del Adolescente, y administra un Fondo de recursos23. Ese consejo es deliberativo, no consultivo. El Alcalde en él, también delibera, ocupando mitad de los asientos (paridad entre las esferas gubernamental – Alcaldía - y no-gubernamental, por organizaciones representativas de la población24).
  • La instancia que ejecuta los programas de protección, que es la Asistencia Social; Los programas son inscriptos (es decir, son aprobados) en el Consejo de los Derechos. Sin esa aprobación (inscripción), la asistencia social no puede inventar programas que no sean deliberados, en el Consejo, en conjunto con las organizaciones representativas de la población25.
  • Y la instancia que controla los desvíos practicados por la asistencia social, que es el consejo tutelar. Este es un consejo autónomo26 que delibera, que decide atendiendo a mi, niño, niña, o adolescente, y a mis padres. Note bien, lector, no atiende a la autoridad de policía, al fiscal, al juez, sino a mi y a mis padres, exactamente para la función de velar (controlando, para mi) por mis derechos sociales y civiles.

O recibe comunicación de la eventual práctica del crimen de malos-tratos27, después que la asistencia social sea avisada de esa práctica de malos-tratos, para dar protección a la víctima, y a la policía sea avisada par reprimir el supuesto victimario, o la policía judicial sea movida para investigar el supuesto victimario.

Esas tres instancias han sido concebidas y son creadas para respetar y me garantizar los derechos civiles y sociales, los míos y los de mi familia. A ningún miembro de los dos consejos y ningún servidor de la asistencia social, le gustaría que sus derechos y los derechos de sus familias fuesen vulnerados. A mí y a mi familia (cuando somos informados y tenemos consciencia de nuestra ciudadanía) también no nos gusta.

El Consejo Tutelar existe, cuando legítimamente accionado, para también (aconsejando) informar a los padres de sus derechos civiles, sociales, políticos, éticos, de forma a evitar caer sobre la familia, el horror de las arbitrariedades de la red de burocracia que el malo Estado anti-republicano acostumbra construir.

Sin embargo, lector, si la Constitución de mi país tiene excelentes principios de ciudadanía, y si nuestra ley tiene reglas claras para el respeto de los derechos de ciudadanía de todos los ciudadanos (ancianos, adultos, adolescentes o niños y niñas), los dos consejos y la asistencia social viene, en el Brasil, amenazando y vulnerando mis derechos civiles y sociales como niño, como niña, y los de mi familia, nosotros que somos la base de la sociedad libre, igual y fraterna. Siga el raciocinio:

Es mi derecho de niño, de niña, recibir orientación, apoyo y acompañamiento social para que otros derechos mí28os no sean amenazados o violados. Mi familia también tiene ese derecho. ¿Quien orienta, apoya y acompaña una persona cuando hay esa necesidad de carácter social? Esa es una tarea constitucional. La Constitución dice que la responsabilidad es de la política pública de Asistencia Social.

Cada política, o cada esfera de la acción pública, tiene su profesional privativo (para que sean evitadas negligencia, imprudencia y principalmente, impericia). En la salud, es el médico, en las cuestiones jurídicas y judiciarias, el abogado, en las cuestiones emocionales, de comportamiento, el psicólogo, en las cuestiones económicas, el economista, en las cuestiones pedagógicas, el pedagogo. En la cuestión social, es el… asistente social29, también llamado trabajador social en ciertos países. Cabe a él, en el caso brasilero (cuyo conocimiento es útil para operadores del sistema de protección integral de otros países):


Encaminar providencias, y prestar orientación social a individuos, grupos y a la población; bien como, orientar individuos y grupos de distintos segmentos sociales en el sentido de identificar recursos y de hacer uso de los mismos en la atención y en la defensa de sus derechos”.

Note, lector, que en la política pública, yo tengo médicos en emergencias para atender personas necesitadas, en las veinte y cuatro horas del día. Y tengo policías (para prevenir y reprimir el crimen o para investigar acusados) también el las veinte y cuatro horas, a mi disposición. Así como tengo juez de plantón, siempre, para casos urgentes de amparo o de habeas corpus, que demandan remedios judiciales fortísimos, cuando necesarios. Entonces, también debo tener asistente social (profesional especializado para evitar impericia, negligencia e imprudencia) en las veinte y cuatro horas, a mi disposición, cuando yo necesitar, para la garantía de mis… derechos sociales, con absoluto respeto a mis derechos civiles30.

Es un derecho social mío, el tener orientación, apoyo y acompañamiento temporáneo especializado (por asistente social, que es el profesional formado en universidad para tal fin), con la garantía de que mis derechos civiles de libertad, igualdad y fraternidad sean rigurosamente respetados.

Sin embargo ocurre que los políticos y los burócratas anti-republicanos (y donde no hay república, los simplemente autócratas) de mi país no quieren cumplir con los principios y las reglas de mi ciudadanía (los republicanos – o los demócratas – que son muchos, no actúan así). Ellos insisten en someterme a mí y a mi familia cuando somos pobres, débiles, desprotegidos y desinformados31a una red de burocracia que me somete al arbitrio de sus conveniencias anti-republicanas, burocráticas y mal intencionadas. Irrespetan, lector, mi derecho de vivir en una red de ciudadanía. Vulneran mis derechos sociales y civiles, en una… red de burocracia.

Y muchos trabajadores sociales (los conscientes de su ética profesional no actúan así) deprecian la ciudadanía y actúan (bajo inercia de los tiempos de mi invisibilidad) como palos mandados de la burocracia, lo mismo aconteciendo con… consejeros de derechos en cuestiones de derechos difusos32 y consejeros tutelares en cuestiones de derechos individuales33. Para que sea garantizada ciudadanía y no, burocracia, creamos en el Brasil el sistema34 municipal de garantía de derechos:
  • En que el alcalde y sus auxiliares ocupan mitad de los asientos del consejo municipal, dialogando con la otra mitad constituida de delegados de organizaciones representativas de la población, para deliberar sobre programas y recursos (administrando un Fondo) de protección a mí y a mi familia, sin burocratices y con respeto a mis derechos civiles y sociales.
  • En que la política municipal de Asistencia Social mantiene asistentes (trabajadores) sociales y abogados para que cumplan la línea de acción denominada protección jurídico-social, y me atiendan a mí y a mi familia, cuando buscamos esa atención, según nuestros derechos civiles y sociales en programa de orientación y apoyo socio-educativo.
  • En que hay un consejo tutelar al cual yo y mis padres podamos apelar35 par que me ayude a garantizar mis derechos sociales y civiles, cuando la política de asistencia social falla en me dar protección cuando de esa protección necesito, lo que es un derecho constitucional mío y de mi familia.

Sin embargo, lector, en vez de actuar así como estoy exponiendo, los políticos y los burócratas andan haciendo el contrario (claro que los políticos honestos, bien intencionados y republicanos, y sus acólitos, los servidores de la burocracia, cuando también republicanos, bien intencionados y honestos, no actúan así).

Ellos transforman el Consejo Municipal en un desmán en que se discute todo, menos mis derechos civiles y sociales. Hacen de la asistencia social una inutilidad para la garantía de esos mis derechos. Y, increíblemente, transforman el consejo tutelar en un servicial de la red de burocracia, con los consejeros actuando en contra de mis derechos sociales y mis derechos civiles, lector.

Esa gente toda, lector, mantiene la invisibilidad del niño, de la niña y del adolescente como sujetos de derechos sociales, civiles, políticos y éticos. Ellos me mantienen, a mí, niño, niña, como objeto de las malas intenciones políticas, y de la burocracia servil.

Yo apelo al Consejo Federal de la Orden de los Abogados del Brasil, al Consejo Nacional del Ministério Público y al Consejo Nacional de la Justicia del Brasil para que miren para mí. Y perciban mi visibilidad como niño, como niña. E investiguen, mismo que sea por muestras, la forma como los abogados, los fiscales y los jueces vienen contribuyendo para mi invisibilidad y, consecuentemente, contribuyen para que mis derechos civiles, sociales, éticos, sean… vulnerados escandalosamente, en toda la extensión de mi inmenso y amado país.

Yo me propongo a declarar en una investigación nacional, si posible conjunta de los tres más altos consejos que velan por mi ciudadanía. El Brasil necesita de mi visibilidad ciudadana, de niño, de niña, para que seamos todos constructores de la verdadera ciudadanía en que todos (ancianos, adultos, adolescentes y niños o niñas) seamos reconocidos en nuestra libertad, igualdad y fraternidad, como proclamados en el Siglo XVIII, mas trágicamente despreciados por los… dueños del poder y sus acólitos serviles.